Cala Varques de Manacor es la historia de un fracaso de las administraciones públicas. La temporada turística comienza a irse y sobre todo después del anuncio de aviso naranja por lluvias, tormentas y fuertes vientos. En una semana aquellos días de sol y playa serán historia. Este 2022 ha ocurrido los mismo que los últimos 20 años, coches estacionados en la carretera y en el camino, personas acampadas en las inmediaciones del ANEI, playa y cala.

Deportistas saltando por los acantilados, fiestas nocturnas, pernoctas, ocupación de las cuevas naturales, venta ambulante, masajes, chiringuito ilegal, entrada en la zona derribando paredes y rompiendo rejillas, suciedad por todos los rincones de la zona protegida, miles de excrementos y orines, todo tipo de plásticos, botellas, papeles, cartones, ropa. Una degradación completa. Este año ha sido espectacular.

Y que hacen las administraciones competentes para evitarlo: Carreteras, Ayuntamiento de Manacor, Govern, Consell, Demarcación de Costas, Delegación del Gobierno, Consumo, Sanidad, Hacienda, juzgados. Nada de nada, ni un paso al frente. El Plan de Usos una broma, las ofertas para poder acceder las emergencias a la zona de baño ningún caso. Las actividades comerciales impunes. El parking que regule la entrada y salida y la densidad de personas, una burla duerme el sueño de los justos e injustos.

Se levantan actas para la estadística, nadie hace caso. Unos italianos ayudaron a sofocar un fuego de unos campistas, menos mal que entre ellos había un bombero y supo dar las órdenes pertinentes, a punto de quemarse una zona forestal de gran valor ecológico, era pólvora, los ángeles nos protegen. Hasta cuando este despropósito. Han gobernado todos y ninguno le ha puesto el remedio. Ver para creer.